Tus pasos

Y así es que voy siguiendo tus pasos, así voy, si ya me ves, la historia es un viene y va que no puede aflojar.
Camino por las mismas calles que llevan al viejo y sabio corazón, que siempre busca la verdad y no puede separar lo que ya no sirve hoy.
Voy recorriendo la estación con un libro de poemas de amor y un amigo que me guía a tus pies.
Ves que la gente ya se va, que hay extraños en el tren y un reclamo de un deudor que no sabe adonde a ir.
Hoy que la vida se nos va y nada sigue igual, te digo que tenes razón, no es posible morirse de amor. Que todo pasa y pasó por la senda del ardor, no hubo duelo que el calme el dolor.
Se que él se sorprende por los momentos que yo te enseñe y no pregunta por que hoy, yo no estoy con vos.
Si, voy siguiendo tus pasos muy bien, aprendí a rezar una oración y a esquivarte de una también.
Ya no soy el que escribe sin compasión, el que miente con viento a favor, el que busca lo que se rompió.
Sé que todo pasa y pasó, que voy siguiendo tus pasos hoy y andar en la estación es una extraña manera de acordarme de vos.
Sé que al destino lo marcan mis pasos, que entre querer y hacer hay un tiempo que no se puede volver atrás. Porque tu voz ya no es familiar y hay cosas que terminan mal, por desear y desear y desear.
Voy a desperdiciar otro papel, que no quiere esperar y solo escribe por escribir.
Van los meses de recuperar, lo que alguna vez fue y ahora se deja en el fondo de la razón. 
Ya no soy el que piensa todo una vez, el que no sabe interpretar lo que es claro y oscuro a la vez.
Así ves, voy siguiendo tus pasos otra vez, aunque no quiera reconocer, que el camino se perdió, en el carril que no tiene un por fin, que no me di cuenta antes de nada, que entre lamentos desaparecí, pero ya va otra vez,  esta extraña manera de acordarme de vos.





¡Dedicado a mi querido amigo Pato!

Allá en el pueblo

Una vez, allá en el pueblo, buscaba lo que solo se encuentra...No lo esperaba y me animé, dejarme llevar fue natural.
Cuando el frió se transformó en verano, nos dimos cuenta que juntos eramos uno y nos abrazamos para confirmar lo que se siente de verdad, que no se puede esquivar como errores que hacen mal.
Una vez, tomo el lugar, el problema de lo temperamental y nos sentamos a charlar, para poder continuar la historia sin final que nos encierra sin cesar, en un contexto de caricias y plenitud. Pero igual alguna vez hubo idas y vueltas de temor, por los ruidos de lo superficial que no importan cuando ya, nos besamos sin hablar para poder engrosar la textura de nuestro amor, que no se puede quebrar.
Una vez, cayeron hojas y todo parece aclarar, que el sentimiento es lo que cuenta, que hay momentos que no se olvidan, que los granitos se hacen desiertos y que falta por recorrer, la vida juntos, felices, de la mano, perdices.
Una vez, sentados ya, los dos pudimos mirar para atrás y sonreírnos al recordar, la compañía...articulada, ese contrato tan exclusivo y un mundo inmerso en cosas lindas.